¿Qué pasa en nuestro cuerpo al no realizar actividad física?

Muchas veces, nos encontramos jugando nuestro videojuego favorito, estudiando o trabajando, y al finalizar el día nos damos cuenta de que estuvimos sin poder hacer actividad física o sentados más de 6 o 7 horas en la misma posición. En esta entrada hablaremos sobre qué pasa en nuestro cuerpo, no solo en el aspecto físico, sino también el psicológico, al estar tanto tiempo sentados.

  • Desde el ámbito de la kinesiología (estudio científico del movimiento del cuerpo) vemos que al estar tanto tiempo sentados, se favorece la aparición de enfermedades metabólicas como por ejemplo, obesidad, hipertensión, diabetes, etc. Pero en esta entrada nos centraremos en enfermedades o patologías que pueden ser de pronta aparición: hablaremos de los trastornos musculoesqueléticos y del sistema circulatorio.

  • ¡El cuerpo evolucionó para moverse!

    En resumen; el sistema circulatorio consta de 2 partes, las arterias (que llevan sangre oxigenada a los tejidos, órganos y músculos) y el sistema venoso (que lleva sangre desoxigenada a los pulmones). ¿Por qué explicamos esto? Porque el cuerpo evolucionó para ser activo y realizar actividad física de forma diaria, y justamente por este motivo, en las piernas, específicamente en la zona de la pantorrilla, se encuentra una “bomba” que favorece el retorno venoso, activada principalmente por la contracción muscular.

  • Este retorno venoso se ve sumamente afectado al estar sentado varias horas al día, generando que esa ”bomba” no funcione correctamente y fomentando la aparición de varices, dolor muscular, cansancio, haciendo que los músculos pierdan potencia, elasticidad y fuerza y generando la aparición temprana de dolores y trastornos nerviosos (como la compresión del nervio ciático).

  • ¿Hay solución?

    ¡Claro! La solución a estas patologías de pronta aparición pasa por no solo es tener una buena ergonomía en el setup, sino por generar pausas activas y realizar actividad física. La actividad, tiene que ser algo que nos guste, como salir a caminar, correr, ir al gimnasio, etc, ya que es importante que lo hagamos con gusto y disfrutando y no que sea algo obligatorio.

  • También debemos tener en cuenta el plano mental. La importancia que cobra el tener actividades que nos muevan de la cotidianidad aquietada, tienen un valor incalculable.

  • La serotonina, las endorfinas y la dopamina, ¿qué son?

    La serotonina es una hormona relacionada con el sistema estresor. Cuando realizamos actividad física, los niveles de serotonina se incrementan notablemente. Si realizamos actividad física estos niveles se alteran proporcionándonos una sensación de calma, que de la mano del cansancio corporal generado por haber puesto a prueba al cuerpo, pueden generar el aumento en la calidad de sueño.

  • La endorfina es una hormona cuya función principal es la sensación de felicidad. Al hacer ejercicio, al igual que con la serotonina, los niveles de endorfina van a verse modificados produciendo una felicidad inmediata en el individuo.

  • Ahora bien, no solamente esto nos causa satisfacción, sino que entra en juego la dopamina. Esta es conocida por ser la hormona de placer. Hablamos aquí del “circuito de recompensa”. Cuando realizamos una actividad, se libera dopamina para recompensarnos esta actividad. Así, el cuerpo tendrá una predisposición a realizar esta actividad nuevamente.

  • Es importante que en nuestro día a día tengamos una serie de metas que podamos llevar a cabo. Pueden ir desde metas a corto plazo (tender la cama por la mañana), o bien a medio/largo plazo (reducir 5 kilogramos). Lo importante es que sean metas fáciles de realizar, que sean metas realistas.

  • Ejercicios sugeridos

    Realizar 10 repeticiones de cada uno, 1 vez al día:
    Realizar puntas de pie (despegar talones del suelo y volver a apoyarlos mientras estás sentado).
    Sentadillas (pararte y sentarte en la silla).

¿Cómo prevenir lesiones en el Deporte?

Los deportes pueden ser una excelente forma de mantenerse activo y saludable, pero también pueden aumentar el riesgo de lesiones. En este artículo, se discuten algunos consejos para prevenir lesiones deportivas, incluyendo la importancia de calentar adecuadamente, usar el equipo adecuado y tomar descansos regulares.

  • Realiza un calentamiento adecuado

    Antes de iniciar cualquier actividad deportiva, dedica tiempo a calentar tu cuerpo. Realiza ejercicios de movilidad articular, estiramientos suaves y ejercicios de calentamiento específicos para el deporte que practiques. El calentamiento ayuda a aumentar la temperatura muscular, mejorar la flexibilidad y preparar el cuerpo para la actividad física.

  • Usa el equipo adecuado

    Utiliza el equipo deportivo adecuado y asegúrate de que esté en buenas condiciones. Esto incluye calzado adecuado, protectores, cascos, rodilleras u otros elementos de protección según el deporte. El equipo adecuado ayuda a reducir el riesgo de lesiones al proporcionar soporte, estabilidad y protección.

  • Incrementa la intensidad gradualmente

    Evita aumentar la intensidad del entrenamiento de manera abrupta. Incrementa gradualmente la duración, frecuencia o intensidad de tu actividad deportiva. Darle tiempo al cuerpo para adaptarse ayuda a prevenir lesiones por sobreuso y sobrecarga muscular.

  • Escucha a tu cuerpo

    Presta atención a las señales que te envía tu cuerpo. Si experimentas dolor, fatiga extrema o malestar, es importante tomar un descanso y permitir que tu cuerpo se recupere. Ignorar las señales puede llevar a lesiones más graves.

  • Mantén una buena técnica

    Aprende y practica la técnica correcta para tu deporte. Una técnica adecuada ayuda a distribuir la carga y el impacto de manera más efectiva, reduciendo así el riesgo de lesiones. Si no estás seguro de la técnica correcta, busca la asesoría de un entrenador o instructor cualificado.

  • Incluye el descanso y la recuperación

    El descanso y la recuperación son fundamentales para prevenir lesiones. Programa días de descanso en tu rutina de entrenamiento y permite que tu cuerpo se recupere. También es importante asegurarse de dormir lo suficiente, mantener una alimentación equilibrada y darle al cuerpo el tiempo necesario para reparar los tejidos y fortalecerse.

Cómo prevenir y tratar la Tendinitis

La tendinitis es una inflamación del tendón que puede ser muy dolorosa. En este artículo, se discuten consejos para prevenir la tendinitis y tratamientos para aliviar el dolor y promover la curación.

Prevenir la tendinitis

Realiza calentamientos adecuados antes de cualquier actividad física o ejercicio para preparar los tendones y músculos. Aumenta la intensidad gradualmente en tus actividades para permitir que los tendones se adapten y se fortalezcan. Utiliza el equipo adecuado, como zapatos apropiados y soportes para las articulaciones, para reducir el estrés y la presión sobre los tendones. Incluye ejercicios de fortalecimiento en tu rutina de entrenamiento para fortalecer los músculos alrededor de los tendones. Descansa y recupérate adecuadamente después de actividades físicas intensas para prevenir la sobrecarga y la inflamación de los tendones.

Tratar la tendinitis

Descansa y evita actividades que puedan empeorar la lesión. Utiliza medidas de protección, como vendajes o soportes, para reducir la carga sobre el tendón afectado. Aplica hielo en la zona afectada para reducir la inflamación y aliviar el dolor. Realiza ejercicios de estiramiento suaves para mantener la flexibilidad y promover la circulación sanguínea en el área afectada. Considera el uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs) para aliviar el dolor y reducir la inflamación. Si el dolor persiste o empeora, consulta a un profesional de la salud para obtener un diagnóstico adecuado y recibir tratamientos adicionales, como terapia física o inyecciones de corticosteroides.